Ya desde que arquitectos y urbanistas comenzaron a proyectar ciudades y barrios, intentado ordenar la vida de quienes habitaran los espacios por ellos diseñados, tratando de mantener inalterable la imagen estética, que en su buen criterio teórico han ideado en sus mentes. Es innegable la capacidad proyectual de estos técnicos-profesionales, pero muchas veces se dejan de lado aspectos culturales y particulares de cada individuo que hará uso de ese lugar, dando un enfoque exclusivamente tecnológico y económico, que mira a los habitantes con un criterio de grupo, conjunto o beneficiario...